Poesía dedicada a Doñinos |
|
Por Sra. María Rodríguez González |
|
Doñinos tiene otra hija |
Desde este mismo momento |
yo soy hija de Doñinos |
y de vuestro ayuntamiento. |
Pueblo que obsequia una hija |
es pueblo con intuiciones, |
con instinto que interpreta |
del arte las creaciones. |
Pueblo que sabe pensar |
pueblo que sabe sentir |
pueblo que sabe honrar |
y pueblo que sabe vivir. |
Pueblo que advierte |
que sin cultura es suicida, |
porque la ignorancia es muerte |
porque la cultura es vida. |
Pueblo que ama la belleza |
es pueblo con ideales, |
con instintos de nobleza |
con juegos sentimentales |
Pueblo con orientaciones, |
pueblo con ricos alientos, |
pueblo donde hay corazones |
y donde hay entendimientos. |
Ese es Doñinos de señores, |
pueblo que el pan conquistando |
va entre ríos de sudores |
trabajando, trabajando. |
Pueblo que brega y se afama |
con esfuerzos singulares, |
para que el pan de mañana |
no falte de sus hogares. |
Holgando alegre este día |
después de la brega dura, |
celebra con alegría |
una fiesta que es cultura. |
Fiesta que me ha dedicado |
la asociación donde vengo, |
para quien tengo guardado |
profundo agradecimiento. |
Una fiesta que es más bella |
porque en ella no hay pasiones, |
ni hay ruinas en ella |
ni luchas, ni divisiones. |
Veros aquí reunidos |
me causa el mayor placer, |
siempre en paz y siempre unidos |
os quisiera a todos ver. |
Seguid mi honrado consejo |
porque pueblos divididos |
dice un adagio muy viejo, |
que serán pueblos perdidos. |
En Doñinos he sentido |
amor de alma agradecida, |
mis hijos aquí han nacido |
y aquí vivo yo mi vida. |
No os habéis imaginado |
lo mucho que os agradezco, |
que todos me habéis tratado |
tal vez mejor que merezco. |
Yo he procurado también |
vivir con todos leal, |
siempre aconsejando el bien, |
siempre detestando el mal. |
Si en mi mano estuviera, |
sabed que yo no dejara, |
discordia que no rompiera |
ni rencor que no acabara. |
Por eso orgullosa creo |
que digo verdad si digo, |
que entre vosotros no veo |
nadie que sea mi enemigo. |
GRACIAS |
Doña María Rodríguez González _ 28-12-1998